La actividad física tiene una relación directa con la salud, los buenos hábitos o el ocio. ¿Quién no ha practicado algún deporte en su infancia?
¿A quién no le han recomendado nadar por los dolores en la espalda?
Somos muchas las personas que hemos pisado un campo de fútbol o lo hemos pintado en la tierra, las que hemos jugado con un balón o lo hemos creado con bolsas de plástico, o nos hemos subido a los columpios como si fuéramos gimnastas.
El deporte forma parte de la vida de muchos niños, niñas y jóvenes. En el colegio, los campamentos de verano, las escuelas deportivas o el equipo del barrio.
Además de que favorece las relaciones sociales, el desarrollo de habilidades psicomotrices y promueve hábitos de vida saludables, es un derecho.
La Carta Internacional de Educación Física y Deporte adoptada por la UNESCO en 2015 establece que «todo ser humano tiene el derecho fundamental a la educación física, la actividad física y el deporte sin discriminación por motivos étnicos, de género, de orientación sexual, de idioma, de religión, políticos o de cualquier otra índole».
Ahora bien, este derecho no siempre va acompañado de un entorno deportivo favorable que cuide la salud, la dignidad y la integridad de las personas. Para ello es necesario construir una base sólida desde la entidad deportiva para que llegue hasta las familias, el público y los propios deportistas:
- Juego limpio
- Educación en valores
- Protección del menor de edad
- Profesionalidad y humanidad
Juego limpio
El juego limpio es una forma de pensar, no sólo una forma de comportarse. Incorpora cuestiones relacionadas con no hacer trampa, dopaje, violencia (tanto física como verbal), acoso o abuso sexual o cualquier tipo de violencia contra niños, niñas, adolescentes, hombres o mujeres, explotación, desigualdad de oportunidades, comercialización, amaño de competiciones y corrupción.
El juego limpio es un concepto positivo. Es justicia, respeto y responsabilidad.
Permite entender el deporte como una actividad social y cultural que, practicada de manera justa, enriquece la sociedad y la amistad entre las naciones.
Es un espacio de encuentro con uno/a mismo y con el resto que ofrece la oportunidad de conocerse mejor, mostrar las habilidades psicomotrices y ser parte de un equipo.
El deporte promueve la participación responsable, el saber ser y estar como parte de un todo.
Educación en valores
Los valores son aquellos ideales que la sociedad considera como óptimos para afrontar una determinada situación. Y el deporte es un buen contexto donde poder adquirirlos.
Son las convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su comportamiento. Son parte esencial del ser humano, sin estas normas de conducta las personas no serían capaces de relacionarse, puesto que los valores son los que dan vida y armonía a la interacción dentro de las sociedades.
Por eso es importante entender que la educación deportiva debe ser integral, que una el aprendizaje de conocimientos técnicos y tácticos con la adquisición de actitudes y conductas apropiadas, es decir, valores.
Cada equipo está conformado por distintas personas y cada una de ellas tiene sus propios valores. Por lo tanto, el equipo debe enseñar y promover las cualidades y conductas positivas que unen a todos esos individuos. Eso les permitirá funcionar mejor y reconocer comportamientos inapropiados o abusivos.
La transmisión de valores se consigue mediante la comunicación, la conciencia y el reconocimiento en otras personas. No hay mejor manera de enseñar el respeto que respetando.
Protección del menor de edad
Son el conjunto de actividades orientadas a proteger a los/as menores de edad específicamente en riesgo de sufrir daño o que ya lo estén sufriendo.
La práctica deportiva no siempre es saludable, en algunos casos puede ser perjudicial. La falta de formación de los técnicos, la especialización temprana, la presión familiar o de representantes, la explotación del talento olvidándose de las demás áreas de la persona, son solo algunas de las situaciones que pueden hacer que la experiencia deportiva deje de ser sana y positiva para quien la practica.
Sometimiento, coacción o abuso de poder son situaciones muy duras que pueden aparecer en los entornos deportivos de los/as menores de edad. A esto se debe añadir los efectos provocados por las secuelas físicas y emocionales del deporte élite, en la salud de muchos/as deportistas de alto nivel.
El único estudio realizado en España Child Abuses in Sport: European Statistics (CASES) acerca de la violencia interpersonal en el deporte revela que existe un 70% de violencia psicológica hacia deportistas menores de edad.
Este dato es más que suficiente para trabajar en materia de prevención y actuación frente a la violencia hacia los niños y niñas en los entornos deportivos.
Las acciones de salvaguardia han de ser promovidas desde las federaciones nacionales y autonómicas para asegurar que cualquier niño, niña o adolescente está a salvo de sufrir un daño no accidental mientras realiza su actividad dentro del marco de la escuela o club deportivo.
Profesionalidad y humanidad
Cada entrenador/a, árbitro/a, director/a, gerente, médico, terapeuta, debe saber cuáles son las funciones que se le requieren desde la entidad deportiva. También cuáles son sus destrezas y sus limitaciones para poder favorecer un entorno deportivo sano y positivo.
La falta de formación de los técnicos en materia de psicología, la especialización temprana de los niños y niñas, la presión familiar, los contratos y sponsors, la explotación del talento por parte de los representantes son solo algunas de las situaciones que pueden hacer que la experiencia deportiva deje de ser sana y positiva para quien la practica.
Son indicativos de la calidad profesional del equipo. Esto ha de ir ligado a unas condiciones laborales dignas, a una contratación segura y al uso de un espacio deportivo con las medidas de protección y seguridad actualizadas.
De esta forma tanto deportistas como entrenadores disfrutarán de un entorno deportivo óptimo y sano, donde poder desarrollar los talentos y así alcanzar los objetivos que se propongan.
Pautas para crear un entorno deportivo seguro
- Favorece el juego limpio en el entrenamiento y las competiciones.
- Promueve los valores del equipo a través de la comunicación, el juego y tu ejemplo.
- Desarrolla entrenamientos donde combines las partes técnicas y tácticas con el reconocimiento de conductas apropiadas e inapropiadas.
- Conoce los protocolos de la federación o la entidad deportiva acerca de la prevención y actuación frente al abuso y el acoso.
- Conoce tus fortalezas y tus limitaciones, de esta forma podrás pedir ayuda cuando no sepas actuar antes determinadas situaciones.
- Recuerda que el éxito deportivo nunca debe estar por encima de los derechos fundamentales de los niños, niñas y jóvenes.
- El sometimiento, la coacción o el abuso de poder no son comportamientos aceptables dentro del deporte. No los normalices.