Rita Bober empezó a practicar salto de trampolín en 1972, con tan solo 9 años. Esta especialidad deportiva dentro del mundo de la natación conlleva una gran cantidad de riesgos por lo que es de vital importancia aplicar las diferentes medidas de seguridad. Es conocido como uno de los deportes más agraciados, donde se combinan de manera armoniosa la precisión, el control corporal y la estética del movimiento.
Las primeras competiciones se remontan a la Antigua Grecia, donde se hacían concursos de saltos en las costas del Peloponeso y en las islas Eólicas. Previamente a la época helena, se tienen indicios de que la civilización cretense organizaba competiciones de figuras de saltos al mar.
Rita entrenó en uno de los primeros clubes que acogió este deporte en España, el Canoe N.C., en Madrid. Fundado en 1930, los saltos de trampolín y plataforma tiene una tradición en el club, habiendo alcanzado grandes éxitos deportivos en la historia de esta actividad deportiva en España.
Ella nos va a contar un poco más acerca de su experiencia en este deporte, cuyo reconocimiento en nuestro país es casi invisible. La recuerda positiva, una experiencia que no cambiaría.
¿En qué competiciones participaste? Participé en campeonatos municipales, llegando a campeonatos nacionales.
¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando te preguntan cómo eran tus entrenamientos? A mí siempre me gustaron mucho, pero era muy miedosa y me costaba un poco hacer saltos nuevos.
¿Cómo era la relación con tu/s entrenadores? Muy buena.
¿Qué huella te dejó tu experiencia como deportista? La verdad es que tengo muy buenos recuerdos y muy buenos amigos, éramos una piña a pesar de ser un deporte individual. En los entrenamientos nos apoyábamos, siempre estábamos con chistes, bromas, canciones… La verdad es que éramos la envida de otros compañeros de otros clubs que, esporádicamente venían a entrenar con nosotros. Siempre nos decían que les encantaba venir a entrenar con nosotros.
¿Elegiste el deporte que querías practicar, las horas y la dedicación? Sí. Yo entrenaba al salir de clase y los sábados por la mañana. Luego cuando empecé a trabajar llegaba muy tarde a casa. Había días que acababa a las 22:30 de la noche. Estuve así muchos meses hasta que me cansé, ya no tenía tanto aliciente para continuar ese ritmo. Muchos días entrenaba sola, o sola con algún compañero o compañera, y al final terminé dejándolo con 18 años.
¿Cuál era tu fuente de motivación en los días más duros? Lo bien que lo pasaba con mis compañeros y compañeras.
¿Hay algo que cambiarías de la experiencia deportiva vivida? Sinceramente, no.
¿Crees que el sistema deportivo actual protege los derechos de los y las deportistas? Hoy en día no lo sé, mi experiencia deportiva hace casi 40 años fue muy positiva.
¿Cuánto de importante crees que es la formación psicológica y emocional de los equipos técnicos y/o directivos? Por lo que he visto en deportistas de élite es una parte muy importante ya que les aporta una visión global de la persona.
¿Qué es para ti lo más importante en la relación deportista-entrenador? Lo más importante, desde mi punto de vista, es el respeto mutuo.